Afrontar los miedos…





El miedo es un mecanismo de vigilancia y alerta de peligro. Tiene, en principio, una función adaptativa, es decir, de protección ante las amenazas. Sin miedo no evitaríamos peligros, no
anticiparíamos respuestas para los problemas, no huiríamos de las
situaciones perjudiciales.

Sin embargo, podemos tener miedo ante situaciones, hechos o estímulos concretos que no suponen una verdadera amenaza para nosotros y, en tal caso, hablamos de miedos irracionales. Podemos tener miedo a
iniciar una relación sentimental, a cambiar de trabajo, a hablar en
público, a decir que no por temor a ser rechazados, etc. En todos
estos casos la amenaza no es externa sino construida por nuestro
pensamiento.

Podríamos decir, por tanto, que los miedos irracionales son construidos por nosotros. Ante un pensamiento o imagen yo me asusto. El estímulo para la propia experiencia temerosa no está fuera, sino
dentro. Dicho de otra manera, me da miedo lo que pienso que sucederá o
podrá suceder.

Los miedos racionales nos protegen, son mecanismos de supervivencia, los miedos irracionales nos limitan, nos merman espontaneidad y libertad interior, impidiéndonos vivir el presente y
no dejándonos vivir la vida tal y como deseamos verdaderamente.

¿Y qué se puede hacer ante estos miedos irracionales? Sin lugar a dudas, ante algo que nos da miedo, lo mejor es actuar, hacer algo. Entonces el miedo se convierte en otra cosa. Cuando tenemos miedo, es
importante pasar a la acción, aunque esta no sea la mejor, ni la más
efectiva, siempre es preferible actuar, pues de esta manera el miedo
disminuye y aumenta la confianza en nosotros. Si huimos o evitamos lo
que nos produce temor, el alivio es momentáneo pero refuerza el miedo,
y este cada vez se hace más grande.

Detrás de los miedos, se encuentra la falta de confianza en nuestros recursos para afrontar la situación. Por lo tanto, ante una situación en la que se siente miedo, hay que decir: “puedo afrontarlo”.
El miedo se vence actuando, no hay otro camino.

El único antídoto contra el miedo es la acción y, por lo tanto, cada vez que tengo miedo, debo saber que debo actuar, buscar la acción es lo que me puede sacar del miedo. Como dice Susan Jeffers: “Si tienes
miedo, hazlo igualmente”.

No hay que esperar a no tener miedo para hacer las cosas, ya que éste no desaparecerá, lo que sucede es que en lugar de interpretar el temor como una señal para retroceder, el miedo debe de interpretarse
como una luz verde para actuar.

No podemos eludir el miedo, ni hacerlo desaparecer, pero podemos aprender a relacionarnos de una manera diferente ante él, aceptándolo como compañero de nuestras vidas y no viéndolo como un ancla que nos
tiene sujetos. Todos tenemos miedo cuando avanzamos por la vida; por
lo tanto, cuando aparece el miedo, no hay que reprimirlo ni rechazarlo
o pelearse con él, sino entenderlo y minimizarlo al máximo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Observar ese miedo... sin juicio... sólo mírarlo... y llegará un momento que se desvanece si no vas trás él... si puedes percibir que no eres tú... ni forma parte de ti.
Es una creación... que continúa como entidad...pero el Silencio y al Meditación nos ayuda a entyrar en la VERDAD... y él es sólo ilusión.

Un Abrazo, querida Shanty!

Carmen.

MentesSueltas dijo...

Hola, paso a dejar mi abrazo... volvere.


MentesSueltas

Olga dijo...

Muchas gracias a los dos por vuestro comentario...!!!!
Om Shanti.

Hada Saltarina dijo...

Me ha parecido muy instructivo este post. Sí, creo que como bien dices la única forma de afrontar el miedo es actuando: no hay otra. Un saludo